· La participación en actividades comunitarias y el fomento de la independencia de los mayores puede evitar este sentimiento
· Según el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, el 87,2% de la gente cree que es un problema que afecta más a los mayores
La tristeza asociada a la soledad no deseada se ha convertido en un problema creciente en la sociedad moderna. Se trata de un fenómeno particularmente preocupante entre las personas mayores, quienes se ven afectadas por un mayor aislamiento social.
Según un informe del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, el 87,2% de las personas cree que es un problema especialmente importante para los mayores. “Se trata de un estado emocional que va más allá de la simple falta de compañía. Implica sentirse aislado, incomprendido y excluido, incluso en medio de una multitud”, explica Margarita Carrasco, psicóloga de bluaU de Sanitas.
Esta sensación de aislamiento en personas mayores tiene consecuencias significativas tanto para su salud física como emocional. Desde un punto de vista físico, se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo y una respuesta inmunológica debilitada. Desde el punto de vista emocional, la soledad no deseada está vinculada con la depresión y la ansiedad.
“La prevalencia de la soledad no deseada entre las personas mayores se atribuye a diversos factores que incluyen la pérdida de seres queridos, cambios en el entorno social y, en muchos casos, la jubilación con la pérdida de conexiones laborales. Además, factores como la movilidad reducida y la disminución de la salud pueden limitar las oportunidades de participación social activa”, señala por su parte Liseth De Abreu, médico BluaU de Sanitas.
Ante esta situación, David Curto, director Médico y de Calidad de Sanitas Mayores
recomienda impulsar la conexión social y promover el sentimiento de pertenencia con una serie de acciones:
–Participación en actividades comunitarias: esto ayuda a construir y mantener conexiones significativas. Puede incluir clases, eventos sociales y actividades recreativas. Además, involucrar a las personas mayores en actividades de voluntariado les brinda la oportunidad de contribuir con la comunidad, establecer nuevas relaciones y hacerles sentir útiles para la sociedad.
-Fomentar relaciones interpersonales: mantener relaciones cercanas con amigos, vecinos y familiares ayuda a contrarrestar el aislamiento. Organizar encuentros regulares o actividades compartidas como dar un paseo, merendar o charlar de vez en cuando ayuda a fortalecer estos lazos.
–Fomentar la autonomía y autoestima: animar a la toma de decisiones independientes y fortalece la confianza en uno mismo, lo que a su vez reduce la vulnerabilidad emocional. Para esto es también necesario escuchar sus historias, opiniones y hacerles sentir importantes para la vida de los demás.
–Establecer objetivos personales: ayudar a los mayores a establecer metas y objetivos personales como aprender una nueva actividad artística, o incluso un idioma, proporciona un sentido de dirección y logro personal, contrarrestando así la sensación de estancamiento.
“La soledad no deseada en personas mayores no es simplemente una consecuencia natural del envejecimiento, sino un desafío social que requiere una atención integral. Establecer conexiones auténticas, y fomentar la empatía y la comunicación abierta constituyen pasos esenciales”, concluye Margarita.