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Consejos para conseguir cumplir los propósitos de año nuevo

La falta de planificación y el choque con las demandas día a día puede producir el abandono de los objetivos iniciales

Con la llegada del nuevo año, muchas personas reflexionan sobre sus vidas y establecen resoluciones para mejorar su bienestar y lograr sus metas personales. Sin embargo, la realidad muestra que, a menudo, estos propósitos caen en el olvido con el paso de los días.

Entre los propósitos más comunes destaca la adopción de hábitos alimenticios saludables, la incorporación del ejercicio físico a la rutina, alcanzar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el aprendizaje de nuevas habilidades, tener una gestión financiera responsable o el cuidado de relaciones significativas. Estas aspiraciones varían según las necesidades individuales de las personas en diferentes momentos de sus vidas. 

En este sentido, este tipo de objetivos tienden a ser los más difíciles de alcanzar debido a que implican cambios a largo plazo en el comportamiento y en la forma de vida. Lograr metas como mejorar la salud, alcanzar el equilibrio entre la vida laboral y personal o aprender nuevas habilidades no son transformaciones instantáneas, sino procesos que requieren tiempo, esfuerzo y dedicación.

“Al abordar los proyectos de año nuevo, es esencial tener en cuenta la naturaleza misma de los cambios de comportamiento. A pesar del entusiasmo inicial, la falta de planificación concreta y el choque con las demandas diarias suelen socavar la persistencia, llevando a muchos a abandonar sus intenciones iniciales antes de lograr un cambio perceptible, significativo y sostenido en el tiempo. En este punto, el tan escuchado “confía en el proceso” tiene muchísima relevancia”, explica Delia García Moratilla, psicóloga de bluaU de Sanitas.

Ante esta situación, los expertos de Sanitas han elaborado un listado con una serie de consejos sobre cómo convertir las intenciones iniciales en acciones futuras: 

·         Establecer objetivos realistas: la clave es definir metas alcanzables, que realmente sean importantes para uno mismo y cuya consecución no dependa de los demás. Establecer objetivos demasiado ambiciosos genera frustración y desmotivación, lo que puede llevar a abandonar antes de tiempo. Por ejemplo, un propósito realista sería mejorar la dieta mediante la incorporación gradual de alimentos más saludables. Una estrategia efectiva es incorporar el ‘batch cooking’, que consiste en planificar y preparar lotes de alimentos para varios días de la semana, lo que permite tener comidas equilibradas listas para consumir. Esto también contribuye a disminuir el desperdicio de alimentos, y alimentarse de manera consciente. 

·         Priorizar y focalizar: enfocarse en un número limitado de objetivos para evitar dispersarse. La atención dividida en varias metas abruma y disminuye las posibilidades de éxito. 

·         Crear un plan de acción: desarrollar una hoja de ruta detallada para alcanzar cada objetivo (cuándo empezar, qué hacer, cuánto hacer, dónde hacerlo y cómo hacerlo) Dividir los propósitos en pasos prácticos y establecer plazos realistas. Un plan estructurado reduce la ansiedad asociada con las metas a largo plazo.

·         Compartir metas: comunicar las metas a amigos o familiares puede generar un sistema de apoyo crucial. Contar con el respaldo emocional y motivacional de otros facilita el camino.

·         Cultivar la autocompasión: es necesario ser amable con uno mismo en el proceso y no sobrepasar la autoexigencia. La autocrítica excesiva puede socavar la motivación. Reconocer los esfuerzos y celebrar el progreso, incluso si no es el esperado, es muy importante para lograr resultados.

·         Integrar el cambio de hábitos en la rutina: introducir modificaciones gradualmente permite una adaptación más suave y sostenible. La constancia en pequeñas acciones diarias conduce a resultados a largo plazo. Por ejemplo, si se quiere empezar a practicar algún deporte, lo mejor es comenzar con 1 o 2 días por semana y aumentar gradualmente la frecuencia a medida que se avanza.

·         Monitorear y evaluar: revisar regularmente el progreso y realizar ajustes según sea necesario. La autorreflexión brinda la oportunidad de evaluar qué está funcionando y qué podría necesitar modificarse.  

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