La climatología extrema es un factor de riesgo para las personas trabajadoras

La climatología extrema es un factor de riesgo para las personas trabajadoras

  • El Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo se centra este año en las repercusiones del cambio climático abrupto en la seguridad y la salud laborales.
  • Las principales amenazas son el estrés térmico, la radiación ultravioleta, la contaminación atmosférica, los accidentes industriales graves, los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento de las enfermedades transmitidas por vectores y la mayor exposición a los productos agroquímicos.

Lo advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT): «Los patrones climáticos cambiantes tienen notables repercusiones en el mundo del trabajo, afectando en particular a la seguridad y la salud de los trabajadores. Algunos ejemplos de riesgos laborales exacerbados por el cambio climático abrupto son el estrés térmico, la radiación ultravioleta, la contaminación atmosférica, los accidentes industriales graves, los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento de las enfermedades transmitidas por vectores y la mayor exposición a los productos agroquímicos». Por este motivo, el 28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, se centra este año en las repercusiones del cambio climático abrupto en la seguridad y la salud laborales.

Pero, ¿se puede trabajar en condiciones climatológicas adversas?, ¿Se dispone de los suficientes conocimientos y tecnología para proteger a las personas trabajadoras? Tal y como explica José Antonio Carrasco, director técnico de IMQ Prevención, «las personas responsables de las organizaciones deben poner en marcha medidas de control del riesgo por medio de procedimientos de actuación, dotar de equipos de trabajo adecuados, organizar los tiempos de trabajo, vigilar la salud de las personas e, incluso, monitorizar las constantes vitales si la situación es extrema. También deben adecuar los entornos de trabajo por medio de equipos de climatización y/o sistemas de aislamiento, y sobre todo, formar e informar a las personas sobre las consecuencias para la salud y la forma correcta de protegerse».

Trabajar en condiciones climatológicas adversas forma parte del trabajo diario de algunas profesiones y, de igual forma que con otros factores del riesgo en el trabajo, según destaca el experto, es necesario aplicar los principios de la acción preventiva, que son, en sus palabras: «evitar el riesgo, evaluar aquello que no se ha podido evitar, adaptar el trabajo a las personas, proteger de forma colectiva a las personas antes que de forma individual, dotar de instrucciones de trabajo y, siempre, con la adecuada formación e información a las personas trabajadoras».

Los fenómenos climatológicos forman parte de las situaciones de riesgo que preocupan a diario a las entidades de prevención de riesgos laborales y, «como es lógico» deben ser analizados y valorada su repercusión en la salud de las personas durante su jornada laboral.

Desde la promulgación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, Ley 31/1995, se han desarrollado múltiples reglamentos y reales decretos con el fin de dar respuesta a la forma correcta de identificar las situaciones de riesgo, evaluarlas y establecer un plan de acción adecuado. De igual forma, los organismos de asesoramiento técnico, tanto del Ministerio de Trabajo como de las diferentes consejerías autonómicas, han publicado guías, documentos técnicos y otros soportes de ayuda que permiten disponer de soluciones «para la práctica totalidad de los factores de riesgo del ámbito laboral, incluidos los riesgos relacionados con la climatología».

Principales consecuencias para la salud de los fenómenos climatológicos extremos

Cuando la probabilidad de que se produzca una consecuencia grave en el ámbito laboral es elevada, se deben adoptar medidas eficaces y de forma rápida. «Conocemos las consecuencias para la salud de algunos de estos fenómenos climatológicos, como es el caso de los episodios con elevadas temperaturas, en forma de afecciones dérmicas, síndromes de visión borrosa, mareos, deshidratación, síntomas de fatiga e, incluso, golpes de calor. Pero ¿estamos actuando de forma eficaz frente a este riesgo grave sobre nuestra salud?», pone de relieve el director técnico de IMQ Prevención.

«Todos podemos actuar de forma preventiva frente al riesgo; primero, dando la importancia que tienen y, segundo, informándonos sobre cuál es la mejor forma de protegernos. Si tenemos la responsabilidad sobre otras personas, como empresarias o empresarios, debemos contactar con expertos que nos ayuden a elaborar un plan de acción adecuado, por ejemplo, los servicios de prevención ajenos y los centros de asesoramiento técnico que dependen de la Administración, como es el caso de OSALAN en Euskadi», detalla José Antonio Carrasco. «Igualmente, es necesario mantenernos informados por las agencias de meteorología a través de sus planes de información de alertas».

Asesoramiento profesional

En una época en la que a veces se da más importancia a lo que llega desde particulares anónimos en las redes sociales que a la información contrastada, es frecuente que se puedan cometer errores. En el ámbito laboral ocurre de igual forma. «Si las organizaciones no se asesoran con el criterio técnico necesario y no ponen en marcha los planes de acción, comenten un grave error, y además asumen una responsabilidad sobre las consecuencias en las personas trabajadoras», concluye el director técnico de IMQ Prevención.

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